domingo, 8 de diciembre de 2013

Huellas Narrativas en #escenariostec Semana 4 entrada 1

Huellas Narrativas en #escenariostec Semana 4 entrada 1

Escenarios con tecnología: entre lo real y lo posible

No me habría enterado del curso si no fuera porque descubrí, en un ocioso paseo por Facebook, que una profesora que admiro muchísimo, que literalmente me inició en mi camino digital hasta hoy, hacía algunos comentarios en un post antes de que comenzara el curso. Gracias infinitas, Alejandra Zangara. 
Se trataba de un curso respaldado por la UBA. Y que otorgaba una acreditación a quienes cursaran cierta modalidad, que implicaba ciertas producciones escritas y participación.  Y gratis. Alejandra lo recomendaba. Imposible no anotarme.
Cuando empecé, realmente me sentí un poco perdida. Acostumbrada al aula virtual y las notificaciones, al orden (casi como el protagonista de "Carta a una señorita en París" de Julio Cortázar), entrar al curso fue como vomitar el primer conejito en el ascensor del edificio del departamento de Andreé.  

Vértigo.
Demasiado.
Un mapa. 
Mucho zoom para encontrarme.
¿Qué miro primero? ¿Leo? ¿Respondo? ¿Intervengo? ¿Subo algo? ¿Pregunto?
Vértigo.
Respiro hondo.
Descargo el material.
Más tranquila, leo.
Respiro hondo.
Abro el blog.
¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo? ¿Qué escribo?
Horrible. Espero poder arreglarlo.
Más cosas. 
Hay escenarios.
No entiendo mucho.
Vértigo.
Estoy perdida. 
¿Cómo sigo?
Terminé. 
¿Habré hecho todo o me habrá faltado algo?
Vértigo de calesita.

Ahora lo sé. Ahora que leí y miré para atrás, veo mejor. Ahora comprendo que este vértigo era un síntoma de aprendizaje en una comunidad que intenta liberarse de las paredes invisibles del aula virtual para recrear experiencias directamente asociadas a los entornos personales de aprendizaje. Tuve la oportunidad de hacer el recorrido al que me llevó mi experiencia. 
Yo no voy a saltar con mis conejos, como al final del cuento.
Me queda el vértigo, la sensación de desorden y la certeza de haber aprendido mucho.
Infinitas gracias CITEP.



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